sábado, 2 de septiembre de 2017

¿Y qué digo yo ahora?

No es buena idea empezar cualquier proyecto dando demasiadas explicaciones, pueden tomarse como una excusa; de forma automática surgíran habladurías, rumores sin contrastar y cotilleos para todos los gustos. Más  la cabra tira al monte, y mientras deshojo la margarita, rescato al hermano pequeño de Amargura y Silencio. Es lógico que muchos no conociesen su existencia, dejé de publicar aquí hace mucho tiempo y ha estado 4 años sin aparecer en los motores de búsqueda y con acceso restringido.

Fue un pequeño rincón de pruebas donde experimentar con algunas cosas que después tuvieron su reflejo en mi blog Amargura y Silencio; estaba siempre algo destartalado, dado que solía hacer pruebas con la plantilla y diseño. Contaré algo que en lo que seguro que pocos han caído, mi perfil personal en Twitter empezó llamándose así @blogcofradiero, y durante un tiempo tuvo más seguidores incluso que mi perfil cofradiero: @estaahifuera.

Busco los orígenes de Amargura y Silencio, pero sin aquellas prisas por conseguir lectores. Unas veces serán solo fotos, otras alguna opinión personal, y quién sabe si algo más. Hay quien dice que yo sé de cofradías, mi respuesta siempre es- medio en serio, medio en broma- que yo solo conozco tres fotos y dos anécdotas muy bien contadas.

Agradecer de corazón al grupo Joly y a Diario de Sevilla las atenciones recibidas durante el tiempo en que Amargura y Silencio ha permanecido activo en su plataforma, y no hablo por hablar. Gracias a ellos conseguí hacer cosas que jamás imaginé que alcanzaría.


Amargura y Silencio volverá, ya lo creo que volverá, le debo muchas cosas al nombre  que elegí para mi primer blog hace ya más de nueve años.


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